…qué maneras extrañas tengo para recordar... Alejandro Filio. Siempre supe que en el viento te podías quedar, ahora más que nunca, porque Miguel murió y estoy más solo que de costumbre. No, no lo digo por estar sentado frente al frontispicio de tu antigua vivienda, hoy casa de inquilinato; tampoco por la cantidad de cigarrillos mentolados que chupo como un desaforado melancólico en estas aciagas circunstancias, bien sabes tú que el culpable de todo fue el tiempo, amargo enemigo en su transcurso inevitable y esta espera anodina en esta banqueta vacía que es la vida. Es gracioso, porque haces minutos me tomé la molestia de hacerte llegar la copia fotostática del dolor que me aprisiona. Parece irrisorio, hasta ridículo, lo mandé por correo a tu antiguo número de casilla de correspondencia, por si ocurre, que por alguna extraña coincidencia aún utilices este medio de comunicación rudimentario y llegues a responderme con una opresiva esquela o simplemente la providencia me d...
Un espacio en el que puedo compartir una de mis más apetecibles pasiones. La literatura y la poesía.